El horror en la guerra se puede ver en diferentes escenas de la realidad. Este comentario analiza el tema a partir de la lectura de la novela boliviana Juan de la Rosa de Nathaniel Aguirre. En esta historia se ve el horror. Amiraya se da cuenta de que la casa se está quemando. Todos mueren y Juanito (el niño) estaba feliz hasta que perdió a la que pensaba que era su familia. El problema de pérdidas se ve reflejado en varios lugares con guerras, niños que se quedan sin una familia como en el caso de Juanito. Otro efecto terrible de la guerra es que la gente joven participaba de ésta, inclusive niños, que no vuelven a casa. Luchan por su libertad, como es el caso de Juan de la Rosa cuando va a luchar contra los españoles por la libertad (en el capítulo La Guerra en Amiraya). Algo trágico que producen las guerras es que son pueblos los que sufren estos actos malvados, que los destroza por completo y se ve cómo personas inocentes, principalmente niños, quedan marcados y traumados por estas cosas. Esto lo podemos ver en Juan de la Rosa cuando atacan a los de la Higuera ya que Juanito ve cómo matan un caballo y cómo cada miembro de su familia muere mientras la casa se va quemando. Pero aún sabiendo los horrores, hay guerras. Lo peor de las guerras es que los que participan de ellas, aunque sea en nombre de sus ideales o de su patriotismo, cometen actos que resultan horrorosos, como fue en este caso el escarmiento que quiso dar Goyeneche, haciendo decapitar a muchos y exhibiendo sus cabezas. Puede ser que las guerras sean necesarias para acabar con las injusticias, pero por sí mismas todas las guerras son horrendas y hacen que los hombres muestren su lado más inhumano. Pero ¿es justo quitar vidas solo por creer en tus ideales? Pues yo pienso que no, porque si le quitas la libertad a alguien, le quitas el derecho a vivir.