Madrian era un ser que vivía solo en su planeta, su planeta era totalmente apto para vivir al menos para él; sabía hablar, pero hablaba solo, él no recordaba haber nacido o más bien no sabía cómo llegó ahí, de hecho, no sabía si nació o solo apareció. Él vivía en un planeta negro, no se veía nada más que la vista al cielo del espacio, en un momento se fue a dormir, y después apareció un sol y una luna, le irritaba ver eso, porque no sabía qué era y prefería que desaparecieran. Cada día aparecía algo nuevo en el planeta, un día apareció el césped y le dio miedo, quería que se fuera. Luego aparecieron árboles y se asustó aún más, luego frutas de todos tipos, colores y formas, ah, y también verduras. Se asustó más y tenía miedo de tocar las cosas, luego llovió en su pequeño planeta y aparecieron ríos y lagos, no quería tocar el agua, le parecía muy raro su reflejo en el ella. Cada día apareció algo nuevo y extraño, hasta que un día pisó el tan extraño césped por accidente. No le dolió, siguió caminando y le encantó. Luego, corrió hasta un árbol con los ojos cerrados sin darse cuenta, el árbol era perfecto para escalar, y lo hizo sin saber realmente lo que estaba haciendo. Desde la copa del árbol tuvo una amplia vista del planeta, luego vio unos extraños y pequeños animales comiendo cosas naranjas. El abrió su boca y masticó esa cosa llamada zanahoria, le encantó y siguió probando nuevas cosas, más frutas y verduras. Trepaba a diferentes árboles, cada día hacía algo nuevo: todo lo que alguien se puede imaginar de alguien haciendo en la naturaleza.
Hasta que un día, apareció un ser idéntico a él, no tenía nombre. Los primeros días Madrian no se acercó a él ni le habló porque ese ser tenía miedo de todo (igual que él); no sabía explicar en palabras lo que podría hacer con todas las cosas del planeta. Madrian comprendió que tenía que enseñarle a no tener miedo y le dijo: "Todo el tiempo que estuve aquí, tuve miedo de estas cosas nuevas, pero pude entender por fin que las cosas más raras y desconocidas, al menos para mí, son las más hermosas. Y lo mejor es que son infinitas."
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